Es el rechazo a
lo tecnológico como miedo irracional el que se justifica por la dependencia que
genera desde el punto de vista físico o emocional. La brecha digital o
analfabetismo tecnológico crece. “Mientras la tecnología sube por el ascensor
el hombre asciende por escalera”.
No necesariamente se trata de un
miedo irracional, la tecnofobia también se refiere
principalmente al rechazo a las nuevas tecnologías, generalmente está
justificado y no necesita ser curado como sí sucede con las fobias en general.
En 1624 Francis Bacon en su libro
“La nueva Atlántida” supuso que la tecnología mejoraría al mundo. Mary Shelley
publicó en 1818 “Frankenstein” mostrando lo que pasa cuando la tecnología se
descontrola.
En la actualidad existen sociedades
tecnofóbicas, como por ejemplo los Amish en EEUU, quienes intentan vivir con
tecnologías antiguas y rechazando los cambios
. Generalmente, los tecnofóbicos rechazan
las tecnologías modernas, y suelen justificar su manera de actuar y de pensar
diciendo que la dependencia de las tecnologías modernas puede ser perjudicial
para las personas, tanto desde el punto de vista emocional como también el
físico. La existencia de la tecnofobia es un factor para que existan
analfabetos tecnológicos (personas incapaces de manejar un ordenador o un
cajero automático).
La tecnofobia ha
sido representada en diversas obras de ficción o cultura popular. Un ejemplo
clásico es la novela de Mary Shelley, Frankenstein, que se ha convertido en
todo un ícono de la cultura popular incluso entre aquellos que nunca han leído
la novela. Dentro del cine, películas como Blade Runner, Terminator y sus
secuelas, Yo Robot y la trilogía Matrix, ilustran perfectamente este concepto.
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